Estados Unidos es rico en cultura, gracias a su mezcla de inmigrantes y sus tradiciones. Por suerte, tiene una serie de ciudades que alimentarán tu ansia de viajar y te harán sentir como si realmente hubieras viajado a Europa.
1. Países Bajos: Pella, Iowa
Si quieres un «toque holandés en el Medio Oeste», visita Pella, Iowa. Los colonos holandeses que buscaban libertad religiosa fundaron Pella en el 1847, bautizándola con el nombre de una ciudad bíblica de refugio.
Podrás conocer el estilo de vida holandés en el Pueblo Histórico de Pella, con sus 21 edificios históricos que incluyen una herrería y una zapatería de madera. El diseño holandés también es visible en estructuras como Vermeer Mill, el molino de viento de grano en funcionamiento más alto de Estados Unidos, y Molengracht Plaza, con su canal navegable y su puente levadizo en funcionamiento rodeado de arquitectura de inspiración holandesa.
El reloj carillón Klokkenspel tiene figuras móviles que representan etapas de la historia de Pella.
El parque Sunken Gardens cuenta con un molino de viento decorativo y un estanque con forma de zapato de madera. Refréscate en la pastelería Jaarsma con las banketletters, delicias en forma de S rellenas de pasta de almendra. En Dutch Fix se puede degustar comida callejera holandesa como poffertjes (pequeñas tortitas), mortadela en un palo, oliebollen (bolitas de canela y pasas) y stroopwafels.
2. Holland, Michigan
También fundada por separatistas religiosos holandeses en 1847, Holland, Michigan, transmite visualmente sus raíces con el DeZwaan Windmill, un auténtico molino de viento holandés en funcionamiento, y una arquitectura y diseño de inspiración holandesa.
Prepárate para el festival Tulip Time de mayo, que recuerda la floración de los aclamados jardines de Keukehofen en Lisse. Está marcada por desfiles, participantes disfrazados, delicias culinarias y tiendas holandesas.
Para degustar auténticos bocados, el restaurante DeBoeur Bakkerij ofrece productos de panadería o platos holandeses más contundentes, como croquetas de ternera o saucizenbroodjes (rollos de salchicha). Los residentes te ayudarán a aprender algo de neerlandés y refranes útiles como «Un hombre sin esposa sólo camina con un klomp (zapato de madera)».
3. Escandinavia: Lindsborg, Kansas
Para disfrutar de todo lo sueco, planea un viaje a Lindsborg, fundada en 1869 por un grupo de inmigrantes que deseaban una comunidad rica en cultura sueca, educación, religión, negocios y agricultura.
Lindsborg, conocida cariñosamente como la «Pequeña Suecia USA», rinde homenaje a su herencia con la celebración en otoño del Svensk Hyllningsfest y en invierno del Festival de Santa Lucía.
Para prepararse para la celebración de diciembre, visita The Ivory Thimble y adquiere un traje sueco a medida. Pasa la noche en la encantadora posada Dröm Sött (Dulces Sueños) y disfruta de un desayuno smörgåsbord tradicional. O prueba una ostakaka (tarta de queso sueca) de la pastelería White’s Foodliner y un café sueco Mörkrost en la cafetería Blacksmith Coffee Shop and Roastery, situada en una herrería reformada.
Símbolo de la colorida artesanía sueca, por toda la ciudad hay instalaciones de caballos Dala sin cola. Puedes comprar tu propia versión tallada y pintada a mano en Hemslöjd, «la fábrica de caballos Dala», uno de los souvenirs más populares de Suecia.
4. Solvang, California
Solvang, «la capital danesa de América», es como un toque de Copenhague traído a los Estados Unidos. Fundada en 1911 por estadounidenses de origen danés que deseaban mantener vivas las tradiciones danesas, la ciudad está repleta de arquitectura de pan de jengibre y entramado de madera, molinos de viento y tiendas de productos daneses.
El Museo Elverhøj de Historia y Arte te enseñará la experiencia de la inmigración danesa-estadounidense y en la plaza Denmarket hay una réplica en bronce de la estatua de La Sirenita, y el diminuto pero reverencial Museo Hans Christian Andersen es una auténtica joya.
Las calles de Solvang están repletas de panaderías, restaurantes, salas de cata de vinos y boutiques de ambiente muy escandinavo. Haz una parada en Olsen’s Danish Village Bakery para comprar galletas de mantequilla y en Copenhagen Sausage Garden para degustar un muestrario de salchichas.
5. Alemania y Suiza: Leavenworth, Washington
La encantadora Leavenworth parece nada menos que los Alpes, la Ruta Romántica y Baviera. A principios de la década de 1960, la ciudad se transformó en un pueblo de temática bávara, aprovechando al máximo su ubicación en las montañas Cascades en un intento de atraer al turismo.
La arquitectura, las tiendas y las galerías evocan la Baviera del siglo XVIII con atracciones como el Museo del Cascanueces de Leavenworth, que cuenta con más de 6.000 cascanueces, y The Gingerbread Factory, que vende lebkuchen de Núremberg y casas de pan de jengibre.
Prepara tus dirndls y tus lederhosen: aquí es Oktoberfest todo el año, con cervecerías que sirven cerveza y brats, München Haus que sirve sopa de patata y King Ludwig’s que sirve sauerbraten.
Yuniet Blanco Salas