Observar ballenas en su hábitat natural, pasear a caballo por antiguas granjas brasileñas y hacer excursiones bajo cielos estrellados son algunas de las actividades que ofrecen Abrolhos, Brotas y el Pantanal, tres destinos en Brasil, donde los turistas difícilmente se aburrirán.
La amplitud de su oferta turística, así como la dimensión de la región, hacen que estas tres localidades generen un importante flujo económico para Brasil. Según datos de lo Instituto Chico Mendes (ICMBio), sólo en 2015, los parques nacionales de Brasil recibieron casi 7,1 millones de turistas, un 8,4% más que en el año anterior.
1.Abrolhos
Situado en el extremo sur del Estado de Bahia, a unas tres horas en barco de la costa, el archipiélago de Abrolhos reúne un gran conjunto de biodiversidad en un mar de aguas poco profundas y cristalinas, arrecifes de coral y cuevas submarinas. El Parque Nacional Marino fue creado en 1983, siendo el primero de Brasil y representando actualmente un marco para la conversación de las especies marinas del país.
En este parque los visitantes pueden realizar actividades como buceo, observación de aves exóticas, excursiones o – la mayor atracción – el avistamiento de ballenas Jubarte, que entre julio y noviembre emigran a estas aguas para reproducirse.
2.Brotas
Situada en el interior del Estado de Sao Paulo, rodeada por el verde denso de la Mata Atlántica, Brotas es la capital paulista del turismo de aventura. Las innumerables cascadas y caminos entre la naturaleza hacen de la región el escenario perfecto para los amantes de la adrenalina. Rafting, ciclismo, escalada, rapel o paseos a caballo son algunas de las opciones que el visitante podrá encontrar.
Además de los escenarios naturales, en el municipio encontramos también antiguas haciendas que abren sus puertas a los visitantes ofreciéndoles deliciosas meriendas. Aquí los turistas pueden probar a ordeñar vacas, pasear en un carro tirado por caballos y degustar productos artesanales como licores, miel y dulces regionales.
3.Pantanal
Con una superficie tan grande como la mitad de Francia, el Pantanal posee uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta y, por ello, supone un paraje perfecto para observar la vida salvaje, incluso animales en peligro de extinción, como el jaguar. Asimismo, posee la variedad de vegetación marina más amplia a nivel mundial, lo que la convierte en un lugar de visita obligatoria para los amantes de la ecología.
Acampar es la mejor manera de disfrutar de unas vacaciones en esta región. En los lugares preparados para ello, como el Pantanal Sul-Matogrossense, es posible realizar también actividades tan diversas como la pesca, excursiones nocturnas o paseos a caballo.
Los safaris son la mayor atracción de la región y, aunque sólo recomendables para los turistas que se quedan al menos cinco días, siempre es posible observar de cerca leopardos más pequeños, como el ocelote, y otros animales como zorros, monos aulladores, caimanes, tapires, osos hormigueros, carpinchos o pecaríes, entre muchos otros.
En la temporada de lluvias, de octubre a marzo, los ríos de las altas tierras circundantes que corren por Pantanal causan inundaciones, provocando que toda tentativa de actividad humana sea complicada y que esta región sea un paraje salvaje, hostil y magnífico, convirtiéndose en un refugio natural para muchas especies.
Yuniet Blanco Salas