Seguro que en algún momento de tu vida te sentaste frente a un globo terráqueo y le diste vueltas y vueltas hasta posar el dedo índice en un lugar al azar. Al buscarnos basamos en contenidos, recomendaciones o el propio instinto a la hora de visitar un destino concreto.
Sin embargo, en un momento en que abandonamos un mundo algo más gris, incluso en blanco y negro, todos los colores del mundo confabulan para ayudarte a través de una acuarela llena de posibilidades. Dinos tu color favorito y te contamos a dónde viajar.
AZUL: CAPILLAS DE MÁRMOL, CHILE
Considerado como el único bosque húmedo de Estados Unidos, esta selva de 39 km cuadrados florece al paso del río Hoh en forma de pinos, abetos, cedros y arces que evocan un paraíso fragante digno de película de Tim Burton.
ROJO: LAGO NATRON, TANZANIA
AMARILLO: LUOPING, CHINA
Si le preguntas a cualquier persona, te dirá que no existe un océano amarillo en el mundo. Hasta que visitas el condado chino de Luoping en primavera. Especialmente entre los meses de marzo y junio eclosionan miles de flores de colza (o canolas) entre las que conviven viajeros, locales que recolectan la flor para elaborar el aceite, o los apicultores que acampan en mitad de este tapiz natural con sus tiendas a esperar la llegada de las abejas.
BLANCO: AMORGOS, GRECIA
El rosa de la buganvilla y el azul de sus puertas te confirman que esto no es un espejismo, solo estás en Amorgos, la mejor alternativa a tótems turísticos de las islas griegas como Mykonos, Santorini o Paros.
Un oasis que se nutre del encanto de pueblecitos como Katapola y su pintoresco puerto, o especialmente, el encanto del monasterio de Panagia Hozoviotissa, construido a 300 metros sobre el nivel del mar en un épico acantilado que permite apreciar mejor los contrastes cromáticos.
NARANJA: FESTIVAL YI PENG, TAILANDIA
Existen muchas formas de abandonar la oscuridad y, en Tailandia, les gusta hacerlo con miles de farolillos voladores durante el conocido Festival Yi Peng, o Festival de las Linternas.
Esta celebración tiene lugar cada año durante la luna llena del segundo mes del calendario Lanna, generalmente, a mediados de noviembre, y se realiza en el norte del país, especialmente en ciudades como Chiang Mai. Un canto a la fortuna y la buena suerte que, por unas horas, compite con las propias estrellas.
ROSA: TOULOUSE, FRANCIA
Un grupo de abuelitos juega a la petanca, dos enamorados se besan junto al río Garona y el Pont Neuf promete llevarte al costumbrista barrio de Cours Dillon. Como telón de fondo, ese color que aquí todo lo inunda.
Conocida como “la Ciudad Rosa de Francia” debido al color de los ladrillos empleados en sus edificios más antiguos, Toulouse supone una de las mejores escapadas para reconciliarse con la joie de vivre, la historia de sus conventos o sí, una flor de violeta que se apodera de sus principales tiendas de artesanía. Toulouse es rosa, pero no se conforma con ser ciudad de un solo color.
Yuniet Blanco Salas