Si buscas nuevos retos gastronómicos cuando viajas, los platos que te proponemos conocer hoy, de seguro te interesarán, ya que para muchos son delicias gastronómicas, mientras que, para otros, los platos más extraños del mundo. Platos tradiciones gastronómicos diferentes que te asombrarán, te deleitarán y quizá, en algunos casos, te pondrán la piel chinita.
Grillos y varios insectos
En destinos como Tailandia, estos animalitos son comidos como snack, fundamentalmente, en áreas rurales. No nos referimos a los escorpiones trinchados en un palo que encajan a los turistas en Khao San Road, hablamos de los insectos ofrecidos a granel en cualquier mercado del país.
Si no sabes por cuál de todos los insectos comenzar, intenta con los grillos. Coges uno, te lo metes a la boca, lo masticas y te lo tragas. Los grillos son uno de esos deleites gastronómicos más raros del mundo que no puedes renunciar a probar.
Huevo centenario
El huevo centenario es también conocido como huevo milenario, huevo de los mil años o huevo de dragón. Estos cuatro nombres se usan en Chinapara para denominar una extraña y muy especial variedad de huevo.
Es un huevo de pato, de gallina o de codorniz que por varias semanas o meses ha sido fermentado en una mezcolanza de arcilla, cal, cenizas, cáscara de arroz, sal y té negro. Tras un tiempo de fermentación, el plato se saca de la solución arcillosa en la que ha estado inmerso y está listo para ser servido.
Ancas de rana
Las típicas ancas de rana no son tan fáciles de hallar, a pesar de existir en distintos países. Las ancas de rana se han estimado siempre como una exquisitez de la cocina española, pero también salen en menús de Francia, China, México, Portugal, Grecia y hasta de los Estados Unidos. Las ancas de rana se pueden cocinar de múltiples formas, pero todas tienen un ingrediente en común: las patas traseras de rana propia de cada país.
Lutefisk
El lutefisk no es un platillo apto para estómagos y narices sensitivas, porque es pescado blanco seco preparado en sosa cáustica. Es difícil detallar su sabor, para muchos, es un manjar, para muchos, no tanto, que podrás degustar cuando visites el país de los fiordos, pues el lutefisk es característico de la gastronomía de Noruega.
Hákarl
Si el lutefiskno es un platillo lo bastante fuerte para ti, cuando visites Islandia no dejes de pedir el hákarl. Este es un plato típico de la gastronomía islandesa que los oriundos encomiendan probar la primera vez con la nariz tapada. El hákarl son cuadrados crudos de tiburón peregrino o tiburón de Groenlandia, pero para que llegue a este estado, el tiburón debió haber pasado entre uno y tres meses enterrado en un agujero lejos de la población hasta curarse y hacerse competente para el consumo humano.
Casu marzuo queso podrido
Esta es una exquisitez característica de la isla de Cerdeña que también la hallarás en su colindante Córcega bajo el nombre de casu merzu. El casu marzuse o queso podrido lleva ese nombre porque, por dentro, está repleto de larvas vivas de mosca.
Estas larvas vivas de mosca se instalan dentro del queso para acrecentar su fermentación. Una vez hecho la labor, las larvas se vuelven gusanos de color semitransparente que pueden tener hasta ocho milímetros y saltar hasta 15 centímetros. Motivo por el cual los gastronómicos exhortan al valiente comensal que se resguarde los ojos antes de enfrentarse a tal manjar.
Yuniet Blanco Salas